La promesa de permanecer juntos en un compromiso para toda la vida, se remonta desde hace muchos años. Saber un poco más sobre esta tradición, seguramente te encaminará con más información en la nueva etapa de tu vida.
Comprometerse en la época romana
Desde la época romana, el compromiso entre una pareja podía preceder al matrimonio por muchos años. Este compromiso siempre estuvo acompañado del clásico anillo en el dedo anular izquierdo -por donde, según una vieja creencia, circula la vena del corazón-. También algunos regalos y desde el siglo IV, un depósito económico que confirmaba la promesa de realizar la boda.
La evolución del compromiso en la Edad Media
En el siglo XII, el compromiso también se incluyó en el ritual eclesiástico y fue visto como un instante favorecido en el que los futuros esposos podían pensar sobre la relevancia de su acto. En la nobleza francesa, comprometerse era la ocasión de una celebración muy lujosa a la que se invitaba a muchas personas. Dado a que la Iglesia solo dejaba la posibilidad de separarse por una razón grave y era difícil romper el matrimonio.
1789 con la posibilidad del divorcio
La Revolución Francesa de 1789 puso fin la obligación del noviazgo e inclusive decretó una ley sobre la oportunidad del divorcio.
Hoy en día: el matrimonio como ritual de unión
El día de hoy, comprometerse es siempre y en todo momento una ocasión para enseñar a ámbas familias si aún no se conocen. Este es asimismo el instante de canjear regalos. Para la mujer, el clásico anillo de deber y para el hombre, un reloj, gemelos…